jueves, 18 de octubre de 2012

Isabel (I)




Hace varias semanas, TVE comenzó a emitir una de las series más esperadas para esta temporada, Isabel. En ella se narra la vida de la Reina Católica desde su juventud hasta su coronación. La serie comienza con una secuencia de la coronación de Isabel como reina, si bien, historia arranca en 1461, año en el que la reina Juana queda embarazada y los infantes Isabel y Fernando son enviados a la Corte por mandato de Enrique IV. 

Tras un primer capítulo en el que el espectador puede sentirse perdido ante la cantidad de personajes que nos van presentando, la serie transcurre con una combinación, hasta el momento, bastante acertada de realidad histórica y ficción.

Isabel nació el 22 de abril de 1451 en Madrigal. Hija de Juan II de Castilla y de su segunda esposa, Isabel de Aviz, ocupará el tercer puesto en la línea sucesoria tras el nacimiento de su hermano Alfonso, el 17 de diciembre de 1453. Por delante de ellos se situaba un hijo del primer matrimonio del monarca con su prima María de Aragón, Enrique.

Tras la muerte de su padre, cuando tan sólo contaba con 3 años, Isabel de Aviz y sus hijos se trasladan a Arévalo. La misantropía que sufría Isabel de Aviz terminaría degenerando en desequilibrio mental, quizás por ello de la educación de los niños se encargaron dos clérigos: Lope de Barrientos, obispo de Cuenca, y Gonzalo de Illesca, prior de Guadalupe. Dos personajes que influirán claramente en la profunda religiosidad de la reina. También a esta localidad llegarían dos nobles que desempeñarían un papel muy importante en la vida de la futura reina: Gonzalo Chacón y Gutierre de Cárdenas (que aparece ya avanzada la serie).

Por lo que respecta al monarca, Enrique IV era un hombre en el que los periodos de exaltación y decaimiento se sucedían. Su programa político estuvo marcado por la promoción de "hombres nuevos" como Beltrán de la Cueva, a los que situaba en importantes cargos políticos, generando un enorme malestar entre las grandes casas nobiliares.

La vida de Isabel cambió por completo cuando en 1461 la reina Juana quedó embarazada. En estos momentos, la infanta tenía 10 años y fue separada de su madre, junto a su hermano, siendo enviados ambos a la Corte por recomendación de los consejeros del rey. En estos momentos es cuando arranca realmente la serie de TVE, mostrando con bastante acierto el cautivero que Isabel sufrió durante los años siguientes al nacimiento de la primogénita del rey, Juana. Una niña que fue bautizada por el arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, y cuyas madrinas fueron la marquesa de Villena y la misma infanta Isabel. Ese mismo día, como podemos apreciar en la serie, se reconoció a Juana como sucesora de su padre. Sin embargo, antes de dicha ceremonia, el marqués de Villena a través de un acta notarial, dejó clara la nulidad de los actos porque se estaban realizando mediante el uso del engaño y de la amenaza, y porque se estaba reconociendo como sucesora a quien "de derecho no le pertenecía". Arrancaba así el conflicto sucesorio que derivaría en una guerra civil.

La estategia de Pacheco consistió en difundir un rumor sobre la paternidad del rey respecto a Juana, indicando que su verdadero padre sería Beltrán de la Cueva, de ahí el apodo de "la beltraneja". Un punto éste del que no se ha podido atestiguar su veracidad pero que se vio apoyado por otros actos, al menos llamativos, llevados a cabo por el monarca. En este siento debemos remontarnos a la noche de bocas de Enrique y Juana, donde, desatendiendo la costumbre de exhibir las sábanas del lecho nupcial, Enrique optó por no hacerlo, dando lugar a murmuraciones. Así, el cronista Varela indicó que: "el rey e la reina durmieron en una cama y la reina quedó tan entera como venía, de que no pequeño enojo se recibió de todo".

Siguiendo con nuestro relato, si Juana no podía ser la heredera del monarca había que buscar un candidato más idoneo a los intereses de buena parte de la nobleza. Éste sería el infante Alfonso, hermano de Isabel. A partir de aquí, los acontecimientos son narrados de manera bastante verosimil por la serie. Se formó una liga de nobles que consiguió que Enrique IV negociara con ellos, una actitud que sería recrimada por sus partidarios y que le llevó a aceptar a Alfonso como sucesor, pero con el compromiso de que éste se casaría con su hija Juana. Pero además, el infante pasaba a ser controlado por Pacheco y se alejaba de la Corte, mientras Isabel permanecería en ella, si bien saldría de la custodia de la Reina y se la daría casa propia. No obstante, llegado el momento de firmar el acuerdo Enrique se negó, llevando a la liga a considerar al monarca un tirano y a sustituirle por el que consideraban el legítimo heredero: Alfonso. Se llevaba a cabo lo que se conoce como la Farsa de Ávila. En estos momentos Alfonso tenía 11 años y al grito de "fuera puto" los nobles tiraron por tierra al muñeco que representaba al rey y alzaron al infante.

La farsa de Ávila. Grabado de finales del siglo XIX

Sin embargo, las negociaciones se siguieron llevándo a cabo. La primera de ellas tuvo lugar en 1466. Ambos bandos no estaban en facultad para lograr una victoria en la guerra, por lo que Pacheco visitó al monarca. En estos momentos era el hombre más poderoso y su hermano (don Pedro Girón, maestre de Calatrava) contaba con un importante ejército. Pacheco, traicionando a la liga, ofreció al monarca la victoria, a cambio de que Isabel se casara con Girón y Beltrán de la Cueva fuera alejado de la Corte. He aquí uno de los aspectos que la serie ha retratado de manera distinta, ya que en ella podemos ver cómo es el monarca (a propuesta de sus consejeros) quien propone a Pacheco el casamiento de Isabel y Girón. Quizás de esta manera pretendieran mostrarnos a un monarca mucho más debilitado de lo que realmente estaba. En cualquier caso, se acordó el enlace. Sin embargo, de camino a la Corte, Girón falleció el 20 de abril de 1466, desconocíéndose las causas de su muerte, y donde la serie se permite una licencia cinematográfica al convertir en su verdugo a un joven militar cuya hermana había sido violada por Girón y sus hombres.

A pesar de lo ocurrido, Pacheco quería hacerse con el control de Isabel, por ello se hizo con la ciudad de Segovia, donde residía la infanta y consiguió incorporarla a su bando. Isabel pudo al fin reunirse con su hermano y ambos vistaron a su madre en Arévalo. El 7 de diciembre de 1467 Alfonso, titulándose rey, cumplió uno de los mandatos del testamento de su padre y entregó la villa de Medina del Campo a Isabel. Diez días más tarde se celebró en Arevalo el cumpleaños de Alfonso. Para la ocasión, y como muestra la serie, Isabel actuó en la representación de una leyenda mitológica que se denominaban "momos". El texto elegido fue una obra del poeta Gómez Manrique e Isabel apareció vestida como una musa.

Sin embargo, la alegría de aquel momento iba a durar poco. Siete meses después Alfonso fallecía. El cronista Alonso de Palencia apunta que fue envenenado por Pachecho, una tesis que aparece reflejada en la serie. No obstante, historiadores como Luís Suárez no dan credibilidad a estas palabras, apuntando que la muerte de Alfonso no beneficiaba al marqués de Villena, ya que se de este modo se quedaba sin rehen, mientras que la familia Mendoza (a la que pertenecía Beltrán de la Cueva) tenía a la hija del rey en su poder y el obispo de Sevilla, Fonseca, a la reina Juana.

En cualquier caso, la muerte de Alfonso convirtió a Isabel en la candidata al trono, una historia que analizaremos en el próximo post.

Obras recomendadas:

SUÁREZ, Luis, Los Reyes Católicos, Barcelona, RBA, 2005.

PÉREZ-BUSTAMANTE, Rogelio y CALDERÓN ORTEGA, José M., Enrique IV (1454-1474), Burgos, La Almera, 1998.